Gombrowicz de remate

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Gombrowicz de remate

En la sección Bandeja de salida de La Nación Revista, Esteban Feune de Colombi cuenta una anécdota witoldiana: el encuentro, en El Olimpo, entre GustavoCuchiLeguizamón y Witold Gombrowicz. Por acá transcribimos el texto, que nos hizo llegar Carlos Brück.

LA NACION

Me entero como por arte de magia de la siguiente anécdota: Gustavo Cuchi Leguizamón -el apodo significa chancho en quechua- no olvidó jamás que, recién llegado a Buenos Aires, aterrizó en El Olimpo, un tugurio cerca de Retiro donde se jugaba al ajedrez. Ahí conoció a Witold Gombrowicz, que calzaba unos botines rotosos e inmensos. “El único que tiene patas de ese tamaño” -pronosticó- es Ariel Ramírez. Y la pegó, porque los zapatos eran un regalo del compositor de Misa criolla.