Literatura pura

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Le pedimos a los integrantes de Congreso que nos ayudaran a pensar estrategias para contarles a ustedes que pueden entrar ahttp://panaldeideas.com/proyectos/contra-los-escritores/ y dar una mano para que ‪#‎ContraLosEscritores‬ sea un hecho. Porque así como ya tenemos a 70 activistas, necesitamos unos cuantos más.
Gonzalo Gálvez nos propuso esto (literatura pura):

1
Hay que convencer a alguien (transeúnte, comensal, peatón o como lo quieran llamar) cada 2 días, cada uno de nosotros y nos sobran dos días para celebrar. Creo que lo difícil es lograr que entren, se logueen y todo eso, entonces el tema sería así:
—¿Qué hacé’, Carlos? ¿Te cuento una? Hay un show televisivo con famosos en un teatro. Es muy bueno, y trata acerca de un escritor que si te digo el nombre no te vas a acordar, pero tenés que venir. Vamo’ a hacer esto: dame 150 pe, yo los pongo en el proyecto de parte tuya, con tu mail y todos los chiches, te regalan un par de medias, y vas al teatro, te cagás de risa y averiguás quién es ese escritor
—No, pará, Alberto (supongamos que ése es mi nombre en este caso), a mí me gustaría poner más plata. ¿Se puede poner, ponele 390 pe?
—Sí, claro, Carlos. En ese caso te vas a llevar más obsequios. Tomá, dame 400 que te doy 10.
—Tomá, che. Gracias por avisar.
—No, gracia’ a vo’. Saludo’ a la patrona. Nos vemo’ el 16.

2
También está la táctica Testigo de Jehová, para transeúntes desconocidos o vecinos con poco trato y que paso a redactar:
—Raúl, ¿cómo te va, tanto tiempo…?
—Disculpame, pero no me llamo Raul
—Ah, mirá qué loco, pero tenés cara de Raúl.
—¿Sabés que no sos el primero que me lo dice?
—Bueno, no importa. Lo cierto es que tenés la prestancia del tipo al que le gustan eventos con apariencia de show televisivo y que buscan acercar a la gente a escritores no muy conocidos pero indudablemente talentosos.
—Sí, tenés razón. Mirá, justo estoy leyendo El Alquimis
—No importa. Dejá. Tengo algo para vos.
Y ahí se le introduce la información del proyecto. Se le sustrae el libro, y en la primera página, a manera de dedicatoria se le anotan todos los datos dehttp://panaldeideas.com/proyectos/contra-los-escritores/. Se le devuelve el libro, se lo saluda afectuosamente y se sigue el camino habitual. Mientras, el peatón consternado observa lo escrito, y luego de alejarse unos pasos, se le dice descuidadamente:
—Va a estar Paulo Cohelo. Quién te dice, por ahí te lo firma.

A militarla toda.

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