Figuritas difíciles

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Figuritas difíciles

La gente de Eterna Cadencia estuvo recorriendo las librerías de Buenos Aires buscando esos títulos que los lectores piden, pero que por una razón u otra son inconseguibles. La nota empieza, claro, con Gombrowicz, y con el impulso que tomaron sus libros en Buenos Aires a partir del I Congreso Internacional Witold Gombrowicz. Por acá reproducimos entera la nota de Valeria Tertoni:

http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/42889

Cada vez que entran a la librería ejemplares de Bajo este sol tremendo, la primera novela de Carlos Busqued, finalista del Premio Herralde 2008 y editada por Anagrama, vuelan. Duran poco y, ni bien se avisa por redes que aparecieron, desaparecen. Otro tanto ocurre, por ejemplo, con Chamamé yGólgota, de Leonardo Oyola. Los esperados tomos de Salto de página que ingresaron dispararon el ranking de la semana. También, por inconseguibles, aparecen títulos como La vida, instrucciones de uso de Perec, Diccionario jázaro de Milorad Pavić, El idioma de los gatos, de Spencer Holst y todo lo de Primo Levi. En calle Corrientes, Distancia de rescate de Samanta Schweblin también es buscado sin suerte. Salimos a preguntar a otras librerías qué tomos tienen ellos por figuritas difíciles: libros agotados, libros que no fueron reeditados, tiradas saqueadas por los lectores. Y qué últimas reediciones, en ese sentido, resultaron salvadoras. Entre ellas, por caso, resalta el Ferdydurke, esa oda a la inmadurez de Witold Gombrowicz, que El cuenco de plata se encargó de reponer en el mercado después de años de que los lectores penaran por rapiñar algún tomito perdido de Seix Barral.

“Escuchaste hablar de Gombrowicz, te recomendaron Ferdydurke, vas a la librería, preguntás por el libro pero no, no lo tienen. Está agotado. Agotado desde hace una década. (…) El I Congreso Internacional Witold Gombrowicz pasa de ser una promesa a ser un hecho, y desde París Rita Gombrowicz pide que se reedite, y El Cuenco de Plata arma la mejor edición en español que se hizo desde la primera (Argos, 1947) (…), con un prólogo de Virgilio Piñeira (el presidente del comité de traducción de Ferdydurke) y con una contratapa que escribió Germán García”; así lo celebraban los organizadores del Congreso Internacional Witold Gombrowicz.

Hay otro libro, en especial, que se repite como ejemplar fugitivo más pedido en las grandes cadenas y también en librerías como la Norte: Papillon, de Henri Charrière. La traducción del 70 de Kato Molinari por Emecé apenas se consigue usada en Mercado Libre, y tampoco hay muchos de los de tapa dura del 83 que sacó Orbis, con traducción del francés de Domingo Pruna y Vicente Villacampa. “Charrière no quiso escribir un libro de historia sino relatar, tal como lo vivió, con dureza, con fe, lo que aparece como la extraordinaria epopeya de un hombre que no acepta lo que puede haber de desmesurado hasta el exceso entre la comprensible defensa de una sociedad contra sus truhanes, y una represión francamente indigna de una nación civilizada”: de esa manera presentaba esta obra tan requerida el editor, Jean-Pierre Castelnau, al publicarla por primera vez.

En Librería Norte señalan todavía otros más que les resultan difíciles de conseguir: “Las obras completas de Borges en colaboración, donde está todo lo que escribió con Bioy Casares y que, evidentemente, por una cuestión de derechos, no se puede reeditar. Y La sangre del pobre, de Leon Bloy. En realidad a ese no lo piden, pero está faltando hace mucho y nos encantaría que lo pidan (y que lo reediten)”. Como reaparición necesaria indican la de la obra completa de Joaquín Giannuzzi: “Estuvo faltando mucho tiempo y finalmente el año pasado la editorial de Carlos Pereyro, Ediciones del Dock, la reeditó”.

A la gente de Libros de La Mancha también se les vienen, rápidamente, elFerdydurke y Papillon a la mente, y agregan “dos libros de Cortázar que no se han reeditado desde principios de los 80: Nicaragua tan violentamente dulce yArgentina años de alambradas culturales”, que salieron por Muchnik editores. “Otro libro que no se ha reeditado en edicion nacional es El corazon es un cazador solitario, de Carson McCullers”, dicen, y agregan a su lista los dos tomos de Oswald Spengler, La decadencia de occidente.

Librería

Luis Mey, autor de Diario de un librero, recuerda estos títulos: “Siempre pidenKane y Abel, de Jeffrey Archer, un librazo, un éxito de ventas hace un par de décadas, pero que a nadie se le ocurre reimprimir. Y uno más, que es la joya perdida: Matar un ruiseñor, de Harper Lee, famosa escritora amiga de Capote y de Steinbeck a quien, dicen algunos, pertenece la verdadera escritura”.

Libros del Pasaje agrega, de Mario Levrero, La máquina de pensar en Gladys,editado por Tierra Nueva. En Mercado Libre, por $3000, hay uno que se promete como autografiado, dedicado a un tal Ariel. También existe una edición de Eloísa Cartonera. Otros que vuelan y son difíciles de reponer allí son la edición de bolsillo de El eternauta y Che boludo, la guía del “gringo” Bracken James para entender a los argentinos. Nocturno, de Isol y el Animalario universal del Profesor Revillod, “fabuloso almanaque de la fauna mundial”, ambos del Fondo de Cultura Económica, así como El camino del artista, de Julia Cameron (Aguilar) escasean lo mismo. Los libros de Pedro Lemebel, completan en del Pasaje, también vienen complicados de conseguir, “sobre todo en el último tiempo”.

Pablo Pazos, desde Arcadia Libros, destaca también las reediciones de Giannuzzi y Gombrowicz entre las más importantes, y suma las de algunos contemporáneos: “Todo Aira, los diez de ellos, en Emecé; Museo negro, de María Negroni, por Caja Negra; 76, de Félix Bruzzone, ahora por Momofuku y222 patitos, de Federico Falco”, que acaba de sacar Eterna Cadencia. De El Cuenco de Plata señala otro acierto más: la nueva traducción del Ulises. “De lo inhallabe, los libros de Sara Gallardo –sólo se consigue Los Galgos. Todo el fondo de Emecé –sobre todo Once tipos de soledad, de Richard Yates, y la poesía de Juarróz. En ensayo La historia argentina de Sudamericana e Historia de la vida privada, de Aguilar”.

“Son muchas las razones, y muy diferentes unas de otras, por las cuales hay libros o autores que desaparecen. A veces es un tema de tiempos de reimpresión. Otras, que vienen de España. Y otras, que las editoriales que tienen algunos autores no tienen una distribución muy masiva”, repasa Federico Majdalani, el Señorde Mendel. “Autores clásicos que me cuesta mucho conseguir, podría nombrar a Guy des Cars, Nikos Kazantzakis,Tanizaki o mismo algunos títulos de Henry Miller o Marguerite Yourcenar, entre otros. A nivel de editoriales, por ejemplo, Seix Barral tiene un catálogo muy completo en España, pero en Argentina podemos acceder a muy pocos títulos. Lo mismo pasa con Siruela o con algunos autores de Anagrama”.

En la librería La Lengua Absuelta son especialistas en este asunto. Se dedican, justamente, a este tipo de material: primeras ediciones, libros raros e inconseguibles. Entre las rarezas que les piden y que se encargan de perseguir y reponer se cuentan: Muerte a crédito, de Louis-Ferdinand Céline, con traducción de Néstor Sánchez; de César Aira Moreira, El juego de los mundos,El mensajero; de Perlongher Austria-Hungria y casi todas las primeras ediciones; de Fogwill Las horas de citar y Urbana; la edición del Mirasol de El hobito, de Tolkien; de Osvaldo Lamborghini Sebregondi retrocede y teatro proletario de cámara; de Ricardo Zelarayán su Lata despeinada La virginidad es un tigre de papel, de Di Paola. “La lista es infinita, de nunca acabar”, dicen, y apuntan la reedición de Aira de La princesa primavera por Emecé. “Era inconseguible”, respiran, aliviados.

En la librería Gato Escaldado aparecen otros libros faltantes, y listan: Fantasy, de Rosemary Jackson, Harún y el mar de las historias, de Salman Rushdie,Corto Maltés, o cualquier libro de Hugo Pratt, Mujercitas ¿eran las de antes? Secretos de familia, de Graciela Cabal. “Respecto a reediciones, hay muchas y muy buenas. Eterna Cadencia lleva un muy buen laburo reeditando material ‘olvidado’ y fundamental (Masotta, Rest, Benesdra, Pezzoni, Perec, Handke…). Al parecer Planeta estaría reeditado acá la saga de Asterix, que viene faltando hace varias generaciones de lectores y nos parece una obra excepcional. Levrero ha sido reeditado en los últimos 8/10 años. Antes no se lo editaba, desde los 80; estuvimos a punto de perderlo de vista, hubiera sido una lástima”.