¿Quién es Witold Gombrowicz?
Acá les dejamos un fragmento de “¿Quién es Witold Gombrowicz?”, de Alejandro Rússovich, publicado en la revista Ñ el 21/03/1999. Pueden leerlo por acá o siguiendo el enlace:
http://old.clarin.com.ar/suplementos/cultura/1999/03/21/e-00903d.htm
Además, siguiendo este otro link, pueden encontrar el libro completo de Rússovich:
Podríamos preguntar, ya que tanto lo obsesionaba, ¿cuál es la Forma de Gombrowicz? El mismo en un fragmento de Diario Argentino nos dice: Ningún animal, batracio, crustáceo, ningún monstruo imaginario, ninguna galaxia me son tan inaccesibles y ajenos como yo. ¿Una idea fútil? ¿Te has esforzado durante años en ser alguien? ¿Y qué has llegado a ser?: un río de acontecimientos en el presente, un torrente tempestuoso de hechos fluyendo en el presente hacia el momento frío que padeces, y que no logras referir a nada. El abismo. He aquí lo único tuyo.¿Qué amaba Gombrowicz? El mismo nos lo dice: Amaba a la juventud. No la idea de la juventud, no la promesa ni el porvenir ni la esperanza de madurez, fijación, seguridad, posesión mezquina de un codiciado yo. Amaba a la juventud humana oscura, aplastada por todos los valores de la cultura, sofocada por la seriedad, la historia, las precedencias y las consecuencias, deslumbrada por la majestad de las ideas que su propio ser provoca y genera sin saberlo. Que se refieren sólo a ella, aunque parecen dirigirse a Dios, a la humanidad, al destino sagrado del hombre. Valor en sí, la juventud no lo es, sin embargo, para sí misma. La madurez carente de belleza produce la belleza juvenil. Sólo a través del maduro el joven es consciente de sí, se reconoce como valor. La mediación, lo que a la vez comunica y separa al joven del adulto, es la forma. Como el agua a los peces, la forma nos incluye, nos limita y determina, nos vivifica y nos mata. Existir es formarse, informarse, deformarse, conformarse y no conformarse. Ser ser es ser forma. No hay salida, no hay modo alguno de eludir el conflicto, porque el conflicto nos constituye. En esta lucha se configura el mundo humano. Emerge o se hunde la cultura. Se crea y se desvanece a cada instante la inaprehensible esencia del hombre. La madurez, la inmadurez, la forma, son los grandes temas que resuenan con mil matices, con tonos iridiscentes, violentos, armónicos, disonantes, obsesivos, a través de la obra escrita de Gombrowicz, fragmento privilegiado de la obra total que fue su vida.